La marea trae secretos 🤫
A woman on her wedding day stumbles upon a corpse on her morning walk. Peninsular Spanish.
El amanecer se colaba tímidamente entre las cortinas de lino blanco. Clara, aún en bata de seda, se sostenía una copa de champán a medio terminar mientras observaba el océano desde el balcón de la suite nupcial. Las gaviotas sobrevolaban la playa privada del viejo caserón, herencia de los Blake, la familia de William. Mañana sería su gran día: un vestido de Vera Wang, orquídeas traídas de Ecuador, y doscientas sonrisas perfectas esperando ver el “sí, quiero”.
Pero algo interrumpía la armonía del paisaje. Una figura inerte sobre la arena. Al principio pensó que era un tronco. O tal vez un animal. Parpadeó. No. Era un cuerpo humano.
Clara bajó corriendo las escaleras, descalza, sin pensarlo. El viento matutino le azotaba el rostro. La arena húmeda se le pegaba a los pies mientras se acercaba al cadáver. Era una mujer. Joven. El vestido negro, empapado, se le adhería al cuerpo como una segunda piel. El cabello, largo y oscuro, enredado con algas. No parecía dormida. Parecía rota.
