Parte 1: El Árbol
Christmas Day begins in silence and unease when the village’s festive centrepiece is found grotesquely violated. What first appears as vandalism soon reveals itself as something darker, deliberate, and deeply symbolic—an omen that the village’s past has begun to surface.
El padre Julián se despertó antes de que sonaran las campanas. No fue un ruido lo que lo arrancó del sueño, sino un silencio raro, espeso, como si la mañana se hubiera detenido a mitad de camino. Era Navidad. Lo supo antes incluso de mirar el calendario, por el frío limpio que se colaba por las rendijas de la casa parroquial y por el recuerdo automático de la misa del gallo, celebrada apenas unas horas antes ante bancos medio vacíos y rostros cansados.
Se levantó despacio, se puso la sotana y se acercó a la ventana. La plaza del pueblo se extendía abajo, pequeña y familiar, con el empedrado húmedo por la escarcha. El árbol de Navidad, colocado junto a la fuente, ocupaba el centro como cada año. O eso pensó, hasta que entornó los ojos.
Algo no encajaba.